El diamante está listo, el sol marcará la ruta, y la historia se escribirá en presente. Este domingo, el equipo Piratas C.B.S. disputa el encuentro más importante de su temporada en la Liga Canaria de Softball Máster +45. No hay margen de error. No hay segundas oportunidades. Ganar o quedarse fuera.

La temporada ha sido un camino largo, lleno de altibajos, alegrías, aprendizajes y mucha lucha. Pero todo se resume ahora a un solo juego: Piratas vs Volcanes, con el equipo Bucanero necesitando no solo la victoria, sino también que Mets, su rival directo por el cuarto puesto, pierda ante ese mismo equipo de Volcanes en la segunda tanda de la jornada.

La tabla lo dice todo

Piratas llega con un registro de 6 victorias y 7 derrotas, exactamente el mismo que Mets. Sin embargo, por diferencia de carreras, los Mets ocupan el ansiado cuarto lugar, y los Piratas el quinto. Ambos equipos están empatados en triunfos, pero solo uno podrá acompañar a Cuba, Fugitivos y Baldíos en las semifinales del campeonato.

Lo que hace aún más interesante esta jornada es que Volcanes será el juez de ambos destinos: primero enfrentará a Piratas y luego a Mets, en una jornada que podría pasar a la historia del softbol máster canario como una de las más dramáticas.

Más que una batalla deportiva

Para los Piratas no se trata solo de clasificar. Se trata de reivindicar el trabajo realizado durante toda la temporada, de honrar el esfuerzo del cuerpo técnico, el sacrificio de cada jugador y el apoyo constante de sus seguidores.

Un equipo con alma, corazón y talento

Este equipo no ha llegado hasta aquí por casualidad. Jugadores como Richard Gómez, con su temple en el montículo y liderazgo silencioso, han sido clave en momentos difíciles. La contundencia de Raymond Pita en la caja de bateo ha proporcionado carreras vitales en partidos apretados, mientras que la experiencia y garra de Miguel Rodríguez, tanto defensiva como ofensivamente, ha mantenido a flote a los Piratas en más de una ocasión.

No podemos dejar de mencionar a Rafael Díaz, pilar en los jardines y alma del equipo, que con su energía ha contagiado incluso en los momentos más grises. Daniel Fuster, por su parte, ha sido un comodín confiable tanto en defensa como al bate, y se espera que este domingo sea uno de los hombres claves en el orden ofensivo.

Y detrás de cada jugada, de cada estrategia y cada ajuste, está el trabajo incansable del cuerpo técnico encabezado por el mánager Nelson Espinel, junto a sus asistentes, quienes han sabido mantener la cohesión del grupo incluso en las semanas más duras. El esfuerzo en los entrenamientos, la lectura de los rivales y el trabajo mental han sido fundamentales para que el equipo esté, hoy, con vida en la última jornada.

Lo que está en juego

No es solo un pase a la siguiente fase. Es la posibilidad de soñar con el título, de demostrar que los Piratas están hechos de carácter, de sudor, de unidad y de una pasión que no se negocia. Es el premio a meses de compromiso, desplazamientos, lesiones, charlas tácticas, sacrificios personales y madrugones para estar en cada juego.

Esta plantilla ha demostrado que sabe competir, que puede dar guerra a cualquiera y que tiene con qué pelear en instancias decisivas. Pero para seguir adelante, necesitan ganar y que los Volcanes repitan el esfuerzo contra Mets. Nada está asegurado. Todo está en juego.

Mensaje a la afición y al equipo

A los jugadores, este es el momento. El que se recuerda durante años. El partido que puede definir no solo una temporada, sino la identidad del equipo.

Jueguen con el alma. Peleen cada lanzamiento. Corran cada base como si fuera la última. Porque puede serlo. Pero también puede ser la primera piedra de un camino glorioso.

A la afición, les decimos: estén presentes, físicamente o en espíritu. Que los gritos, los mensajes y la energía se sientan desde la grada y más allá. Estos Piratas lo han dado todo. Ahora necesitan el último empujón.

Que los andenes sea testigo

Cuando el sol se pose sobre el diamante este domingo a las 10:00, comenzará algo más que un juego. Comenzará una batalla por el honor, por el sueño, por el corazón. Que gane el que más lo quiera. Y que los Piratas, con su garra intacta, se atrevan a escribir su propia historia.

Porque mientras haya una entrada por jugar, la historia sigue abierta.

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